Y esto es así desde que comenzara la crisis y cada vez más personas perdieran sus casas debido a las hipotecas, o que se engañara a la gente con las preferentes o que se inventen para darse publicidad el eslogan del todo créditos porque según los anuncios te dan créditos para todo pero luego no fluye el dinero para nada. Gracias a esto está floreciendo un negocio muy preocupante de empresas que anuncian que dan préstamos, como si el dinero lloviera del cielo, y que luego, según el testimonio de algunos, piden unos intereses desorbitados para devolverlo.
El eslogan porque tú lo vales, o porque tienes derecho a darte un capricho es lo que siempre nos ha llevado a endeudarnos de la manera como muchos lo han hecho antes de la crisis, sin darnos cuenta de las consecuencias que eso podría traer, y que finalmente han traído.
Sí, tenemos derechos, pero si contraemos una deuda por esos derechos o por darnos un capricho también contraemos una obligación y eso no lo pensamos. Así que cuidado con lo que oímos en los anuncios que finalmente los que acaban con deudas son los consumidores que inocentemente sólo quieren tener un pequeño capricho.
Por pequeños caprichos empezamos la crisis, y finalmente los pequeños empresarios y las familias son las que acaban pagando el pato.